jueves, 26 de marzo de 2009

" Xa, xe, xi, xo, xu"...Mexico la usa, pero se pronuncia con J---recalco Jacqui

Ale, nos deleito con la palabra del día que es muy propia de nuestro lugar educativo: “librería” y “biblioteca.” Los niños captaron el concepto, pero para asegurarnos de esto, en el futuro les preguntaremos sobre todas las palabras/conceptos del día.
Como habíamos acordado anteriormente, esta vez la clase fue dividida en dos grupos; uno constaba de los niños expertos en el abecedario y el otro constaba en los no expertos. Dijo expertos, porque nosotros creemos que no hay “bacilamiento” en aprender el alfabeto. Siendo que es la base de la futura lectura y escritura que queremos que los niños emprendan, tienen que adiestrar el alfabeto. Para nosotros quizás esto suene un poco extremo pero es debido a que el alfabeto se ha convertido en nuestro hábito encarnado y sutil. Sin embargo, para los niños el alfabeto en español sigue siendo el alfabeto en ingles pero con raras pronunciaciones. Nosotros queremos que sepan exactamente las diferencias y que cambien instantáneamente de uno a otro. Ya separados los grupos, yo me encargué de los avanzados para enseñarles a combinar las consonantes con las asonantes al leer y escribir. Cuando el grupo de Ale se sintió seguro de su aprendizaje del alfabeto, pasaron a mi grupo.
Cada niño/niña pasaba a la computadora a apretar la letra que Jose les indicaba y a combinarla con las asonantes. Luego toda la clase la repetía en voz alta. Por ejemplo, “z,” “za, ze, zi, zo, zu.” Al ver que los niños se empeñaron en el material, los premiamos con unas caricaturas. No obstante, la parte educativa nunca se olvida. El objetivo era de ver las caricaturas y de señalar 1-2 palabras aprendidas o nuevas en su vocabulario. Esto luego lo usamos como pase de salida y para recibir los caramelos que Carito les compró.
Después de haber visto las caricaturas, aprendimos sobre diferentes categorías de clasificación como lo son “moreno,” “rubio,” “castaño,” “baja,” “alto” y más por medio del sitio cibernético de “cervantes virtual.” Los niños no me dejan de sorprender con sus comentarios. Al preguntarle a la clase como se le decía a la figura en la computadora que simbolizaba a un hombre alto, una niña dijo que el hombre era largo. Entontes, les explique que algunos adjetivos no se usan con las personas sino con las cosas. Y pienso enfatizar en esto consecuentemente entonando las diferentes clasificaciones entre animales y personas.
Pasando esto, jugamos un juego de partida donde los niños demostrarían como se combinan las consonantes con las asonantes, las correctas clasificaciones de personas según color de tez o físico. Y luego cada niño tenía que pasar por Ale, Carito y yo a decirnos algo que habían aprendido en toda la clase para pasar con Jose quien les repartiría caramelitos o confites como decimos en mi tierra.
Según el avance que hemos visto en los niños y la sugerencia de Jose, para la próxima clase avanzaremos a leer palabras y a aprender sobre cómo se forma una oración. Tengo en mente que con parte de la clase será imposible aprender sobre la sintaxis básica de las oraciones en una clase, pero por eso usaremos a todos los profesores y voluntarios para dar ayuda individual.
Y antes de despedirme quería comentar en algo especial de nuestra clase. Es cierto que tenemos 3 profesores con Carito, quien es nuestra voluntaria devota. Sin embargo la necesidad de estos niños es vasta y agotadora y nuestras exigencias por el lenguaje complementan sus necesidades; entonces el trabajo es arduo porque lo ideal sería tener 1 tutor por cada niño. Es por eso que decidimos concentrarnos en nuestros estudiantes sin promover la clase más, porque queremos dedicarnos a que estos niños avancen lo más que puedan.
Con respecto a nuestras voluntarias pasajeras de Glasgow o Stuart, pues note que algunas quieren ser voluntarias para aprender mientras otras lo quieren ser para evitar las responsabilidades de la clase mientras le dicen a sus padres que están en la clase. Entonces, les dije que al ensenarles a los niños (o asistirnos a nosotros), nosotros necesitábamos saber que ellas también aprendieran y que supieran bien el material. Y por eso a las tres les dejo tarea cada semana (escribir un párrafo sobre el fin de semana), para que de esta manera ellas aprovechen y nosotros nos aseguremos que están listas para enseñar.
Culminando me voy con la mente absorbida en ideas para hacer de cada clase un fenómeno en el que los niños se empapen de aprendizaje dinámico.

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